Quienes somos?
Somos «Shanga» que significa amigo y amiga en oriya (idioma de Odisha). Un grupo solidario del que tu puedes formar parte.
Perseguimos la utopía de hacer del mundo un lugar mejor, proporcionando acceso a la escolarización básica, alimentando y acogiendo a niños y niñas de familias desfavorecidas, en su mayoría de aldeas tribales del estado de Odisha en la India. Les procuramos un futuro mejor y una infancia feliz.
No tenemos grandes medios, ni una infraestructura definida, contamos, con las cuotas de 278 personas asociadas y aportaciones de colaboradores.
Nuestro principio irrenunciable desde los orígenes es, que las aportaciones se inviertan integramente en la escuela, sin que se pierda el dinero de los donativos en gastos burocráticos o estructurales. No dependemos de ayudas/subvenciones estatales, por lo que cualquier donativo, sea grande o pequeño, es bien recibido.
Las personas que colaboran se ocupan, sin remuneración, de todo tipo de tareas y gestiones, administrativas, logísticas o técnicas. Cualquier gasto generado por visitas, viajes, etc es sufragado por ellas mismas.
Mantenemos nuestro compromiso con el entorno, realizando todas las compras en proximidad para favorecer la economía de la zona y las únicas personas asalariadas a cargo de Shangá son el personal local.
No ofrecemos servicio de voluntariado. La ayuda que más agradecemos es la económica para afrontar los gastos de la escuela. Quienes quieran conocer el proyecto y visitarnos en India serán bien recibidos/as.
El inicio
Todo empezó de forma casual en un viaje a la India en el año 1999, coincidiendo con un ciclón que asoló la zona noreste del país. Alguien le pidió medicamentos, una petición que recibieron entonces miles de turistas occidentales. En su afán de ayudar Neneta acabó visitando un grupo de aldeas de la comarca de Puri. En una de ellas, los niños y las niñas le mostraron cómo había quedado su escuela, totalmente destruida, teniendo que dar las clases al aire libre. Neneta quedó muy impresionada por la desolación y situación de la infancia, es ahí en donde decide construir una nueva escuela con el apoyo solidario de amigas y amigos y una gran incertidumbre al respecto. En el año 2004 comienza la construcción de la escuela y en 2005 se registra la ONG Shanga en Cangas do Morrazo, en la ría de Vigo.
Otro apoyo muy importante fué Babaji, un renunciante que vivía en uno de los ghats de Varanasi y que fué pilar fundamental en el proyecto, ofreciendo apoyo y discernimiento en momentos difíciles. Aunque no está entre nosotros, su espíritu sigue muy presente en la escuela y el proyecto.
Umesh es el coordinador y responsable de la escuela desde el inicio, encargándose de mantener y gestionar su correcto funcionamiento junto a Neneta.
El equipo
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Mi primer viaje a La India fue en las vacaciones del 84 y quedé fascinada por todo lo que me aportó el país, a pesar de su extrema pobreza. Volví los años siguientes y la sensación de injusticia ante la evidente pobreza fue creándome la necesidad de ayudar con algo más que dar un "chapati" o comprar chanclas para un niño o una niña sin calzado.
La oportunidad surgió cuando visité Odisha después de un enorme ciclón. Las aldeas estaban destrozadas y apenas había escuelas. Supe que con ayuda de mis amigos y amigas conseguiríamos llevar adelante una escuela. La India me regaló muchas cosas, entre ellas dos amigos maravillosos, Babaji y Umesh.
Neneta
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Cierro los ojos y recuerdo unas niñas y niños muy alegres. No sé si se ríen más con sus bocas o con el brillo de sus ojos. Los recuerdo corriendo hacia nosotros con ramos de flores. En las comidas, en el porche de la escuela, lavaban los platos y la ropa, mientras cantaban "A saia da Carolina" o "No niño novo do vento". Recuerdo sus caras de expectación y disfrute mirando un guiñol. Recuerdo los momentos de yoga, cuando se retorcían como mimbres. O en sus mantras, que estremecen: te elevan a otro nivel de la vida. Recuerdo, recuerdo..... La India impacta. La escuela enamora. Gracias a todas y todos, que hicieron y hacen posible este trozo de cielo.
Rosa
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Teresa fué cofundadora y vicepresidenta de Shanga hasta su fallecimiento, en diciembre de 2022. Desempeñó un papel decisivo en la construcción y desarrollo de la escuela. Desde el principio se identificó plenamente con el proyecto y realizó una labor incansable de difusión, en su entorno profesional y personal. Nada la disuadía.
Su desaparición ha sido una gran pérdida, pero su ilusión y dedicación nos servirán como referencia para seguir adelante.
Gracias Teresa, por tu amor, compromiso, empatía y solidaridad.
Teresa
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En 2004 Neneta, me convenció de la necesidad de montar una red de
solidaridad para construir una escuela en una zona muy pobre de Odhisa y proporcionar educación a niñas y niños de varias aldeas, que carecían de
escuelas y tenían que trabajar desde pequeños en el campo. Al principio parecía utópico, pero funcionó. Después de 20 años se puede decir que ha sido un éxito total. Quiero destacar que es lo más importante que he hecho en mi vida y que me siento muy orgulloso de formar parte de este proyecto. Es un ejemplo de solidaridad.
Gus
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Desde muy joven sentí una atracción especial por la India. Esa atracción fue la que me guió hacia este proyecto.
Conocí a Neneta cuando un día me acerqué a su trabajo. En su mesa había un folleto sobre una escuela en la India, empezó a contarme con mucho entusiasmo todo sobre el proyecto. De inmediato sentí interés y desde ese momento me fui involucrando.
Al visitar la escuela comprobé su entusiasmo al ver la felicidad que desprenden niñas y niños en ese lugar creado para su desarrollo.
Estoy muy agradecida por poder cooperar y por toda la alegría que me aporta.
Claudia
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Al llegar a la Escuela niñas y niños corren contentos a los brazos de Neneta con flores en la mano y nos saludan con respeto, Namasté, Namasté! Sus ojos reflejan un brillo de alegría y agradecimiento. Convivir unos días con ellos ha sido una de las experiencia más vívidas y emotivas de mi vida. Años antes había conocido a Neneta en Cangas. Desde su trabajo recopilaba ayudas para la India. Comencé a cooperar también desde mi trabajo. El modelo de ONG que ShangaIndia lleva a cabo desde su creación por los fundadores me ha resultado siempre especialmente singular e íntegro.
Joseba
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Todo empezó después de un viaje a Varanasi y visitar la Mater House, en medio de sus calles se me aparece un niño y me pregunta si quiero conocer al Spanish Baba y me lleva a los escalones del Ganges y veo la imponente figura de Babaji. Lo primero que me dice es que yo estoy allí para ayudar y metiendo su mano en una bolsa saca una tarjeta de visita con un número de teléfono de Cangas, el de Neneta, y con su mirada pura, cristalina y socarrona me lo da, dicho y hecho.
Después de unos días tomó forma la asociación "Un plato de comida".
Antonio
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Mi conexión con Shanga se remonta a mi primera misión como voluntario en 2006, con la Fundación Vicente Ferrer. Neneta me comentó que necesitaba ampliar la escuela en Pubai. Tenía solo cuatro aulas pero un gran potencial. Trazamos un plan de construcción por fases que permitiera ampliarla según las necesidades y los escasos fondos disponibles. Los métodos básicos de construcción en India, la falta de equipo técnico permanente y el tipo de terreno fueron condicionantes para simplificar el diseño al máximo. Quince años después, al mirar atrás, parece increíble a donde se ha llegado. Nunca lo hubiéramos imaginado. Es el milagro indio: actúa en el presente y mañana ya veremos.
Javier
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En 2006 realicé un viaje a India y en Varanasi conocí a Babaji. Con su peculiar español siempre que nos encontrábamos me hablaba de Neneta y la escuela, no había día que no dijera “Neneta tú conocer, si .., tu conocer ...” Cuando regresé del viaje una de las primeras cosas fue llamar a la famosa Neneta 🙂 .Ahí la conocí y me explicó el proyecto. Me pareció estupendo y me ofrecí para hacer la página web que no tenían. Desde entonces ayudo con la web y elaboración de folletos para la escuela. En 2009 visité la escuela y conocí a Umesh, profesores y chavales/as, una experiencia muy emotiva.
Daniel
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Umesh tenía una pequeña oficina en Puri y organizaba viajes a las tribus. Cuando nos conocimos, después del ciclón, me comentó que de pequeño tuvo muchas dificultades para ir a la escuela y que siempre quiso ayudar. Fuimos juntos a Pubai, aldea próxima a la suya natal y al saber que estaba decidida a llevar adelante el proyecto, ofreció su colaboración incondicional y la oficina.
Con su gran corazón, capacidad, honestidad y entrega, consigue que "todo sea posible", y afronta los problemas sin que nunca se le borre la sonrisa.
Todo el mundo lo quiere, él está feliz porque cumple su sueño, y "Shanga", no sería lo mismo sin Umésh.